4 PM:
Para terminar el día laboral, el concurso interno por el Customer Care Week dio como ganador del iPod Nano (Purple) a nuestro querido team member, Devan. La verdad que la torta era la mejor de todas. Rica y simple (and just for sixteen bocks!!). Había cada deformidad, con el perdón de los “artistas” que crearon cosas gigantescas, que se servían en cucharón a modo de sopa, pero se suponía que era una torta. Eran comibles, hay que decir la verdad, pero se nota como el efecto “comida preparada” los está matando a estos chicos (justamente no tan chicos). Vale el intento. Felicitaciones Devan por hacernos volver a creer en que lo bueno es también simple. :-)
6 PM:
Llegó el momento esperado, The archery. Así como el año pasado, fuimos todos a jugar a Robin Hood y a darle flechazos al blanco, cosa que es muy divertida, siempre y cuando nadie se cruce a sacar las flechas antes de que todos terminen de tirar. Creo que ese mínimo de saber que el juego podría ser mortal, es el implícito que también divierte aunque nadie lo diga.
La técnica de calcular apuntando siguiendo parámetros no me sale. Recuerdo un libro que vimos el cuatrimestre pasado sobre la asociación en los negocios con el arco y flecha, sobre el estado de concentración que va más allá de un simple cálculo físico, un cuasi estado mental para buscar el equilibrio con uno y dejar fluir la flecha siguiendo el instinto. No se si era pura casualidad (en el museo de OMSI vimos que todo tiene una cuestión probabilística matemática) pero a mi me funcionaba mejor cuando miraba el blanco y dejaba mis dedos hacer viajar la flecha para más de una vez dar en el blanco (especialmente cuando nos alejamos más del blanco). Me fascina este deporte. Lo tengo que hacer en Buenos Aires.
Después, calculo las 8PM, nos fuimos a lo de Denise, para hacer una picada y seguir compartiendo el momento con quienes trabajamos diariamente en una situación informal y merecida que nos encontró 11 PM charlando en el balcón encarpetado (alfombrado :-P) cuando haría un par de grados nomás, 3° tal vez, los cuales no frenaron la charla tan merecida donde todos fuimos sinceros y dejamos ver cómo los círculos viciosos que la rutina y ciertas personas convierten el día a día en un desgano y desinterés que es totalmente revertible y transformar todo eso en un nuevo generador de entusiasmo de alto rendimimiento y felicidad cotidiana.