lunes, octubre 06, 2008

Crónicas de viaje - Sábado 4 de octubre: La partida

Día de corridas para terminar de organizar todo para el viaje, incluido la venta del iPod previo viaje de la casa de mi vieja a mi casa para recuperar unas cosas olvidadas ahí y de no llegar a tiempo a hacer todo lo que quería hacer.

Pero antes tengo que mencionar que el viernes 3 viví la gloriosa experiencia de ver en vivo una de las bandas más esperadas, Dave Matthew’s Band, la cual realizó un show tal como me lo esperaba, intenso y supremo. Esto lo digo cuento porque tiene que ver con el cronograma del sábado.

16:40:

Vaya uno a saber porqué esas cuestiones temporales de la vida, hablo de segundos o minutos en el que se dan o no las cosas, casi presenciamos con el taxista que me llevaba a mi casa un accidente, donde un sacado 147, casi se levanta en el aire a un peatón que seguramente iba a ver en el mismo lugar que había ido a ver yo a DMB por cruzar apurado la Av. Del Libertador. Según el taxista, Dios lo salvó xq no era su día.

19:40:

Así como ese accidente no se dio, yo llegué a tiempo a hacer el check-in para el vuelo a Portland, en el preciso instante, 19:47, que miro unas guitarras en su funda, veo delante de ellas a Dave, si el de la banda que había visto y disfrutado ayer unas horas atrás.

Ahí se produjo el segundo milagro, esta vez para mi. Lo saludo, diciéndole que el show de ayer fue “really great”. Se acerca, me saluda dando la mano y amablemente estuvimos charlando un breve tiempo en el cual me sentía comprender el fanatismo encarnado en adolescente frente a su ídolo pop. Sonrió cuando le pregunté si había disfrutado de la visita y si le había gustado Argentina (lo poco que haya podido ver): “yes, yes!” dijo, también dijo lo mismo cuando le dije que tiene que volver, yo creo así será. Bueno, tuve que decirle también que esa breve charla fue “too crazy for me” considerando que lo escucho DMB desde el 95.

Otra vez nos dimos la mano y nos saludamos deseando “nice trip”.

Excitado cual adolescente tuve que hacer un par de llamados para contar lo que me había pasado, ya que no soy fan de andar sacándome fotos (ni tenía un disco a mano para que me lo firme). Que alegría… pongan en su caso el nombre de algún célebre artista que admiren, al cual recién hayan disfrutado en vivo (luego de más de 10 años de espera) y que se lo encuentran sólo de pura casualidad, tal vez así se den una idea de lo que fue para mi.

Tiempo de hacer colas, revisiones de tickets y pasaporte una y otra vez.

21:20: Ya estoy en el avión, espero desesperadamente que llegue la comida, todavía falta como una hora y media y solo tengo un caramelo (Halls de mentol que guardaré para más adelante cuando mi aliento y sed de dulce lo requieran).

21:25: Apago el celular, de ahora en más seré un voyerista de relojes ajenos para saber que horas es.

Último haciendo 41H pasillo, no me toca viajar con nadie, así que recompenso el último lugar con algo de comodidad a pesar que mis asientos no se reclinan tanto como el resto.

Al fin la comida llega, pero lo que no llega nunca es el audio y/o luz de lectura a mis asientos. No quiero pero aún así miro casi toda la película de Speed Racer (Max 5) desde una TV de 14’ y sin el audio. Muchos colores e imágenes entretenidas, casi no hace falta escuchar el guión. Si, el misterioso corredor X es el Jack Shepard de Lost!. Justo ayer me habían comentado de la película y de lo bien que le quedaba el flequillo a Christina Ricci.

Turbulencias, me cuesta dormir, salvo que haya sido bebé cavernícola y brutos sacudones me hagan recordar a la infancia querida, es imposible pegar un ojo. No lo intento, en el apurón no traje nada para pegar nada.

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